jueves, 26 de marzo de 2015

Modernización del regadío: ¿sólo una reducción del consumo de agua?

Recientemente se han publicado dos documentos contradictorios sobre la modernización de los regadíos en España:
  1. Un informe de la organización WWF/Adena: Modernización de Regadíos. Un mal negocio para la naturaleza y la sociedad.
  2. Una nota de prensa del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente: Fruto de la modernización de los regadíos y el uso eficiente del agua. Aumenta la superficie regada en España pero se mantiene una tendencia a la baja en el volumen de agua de riego utilizado en el sector agrario.
A continuación voy a exponer mi visión sobre la modernización de los regadíos basada en mi tesis doctoral (Estudio de la evolución de los regadíos mediante técnicas de benchmarking: aplicación en la Región de Murcia). Debo significar que en España, según el Instituto Nacional de Estadística, el uso del agua en el sector agrario ha descendido de 17.681 hectómetros cúbicos en 1999 a 15.833 en 2012. Por tanto se ha producido una reducción del consumo de agua de la agricultura de regadío.



lunes, 23 de marzo de 2015

La sostenibilidad de la agricultura de regadío frente a la escasez de agua

Actualmente la principal limitación de la agricultura de regadío es la disponibilidad de agua, tanto en términos de calidad como de cantidad. Esta carencia es un aspecto muy relevante a la hora de garantizar el futuro del regadío, dado que suele ser el primer sector al que se le aplican restricciones en el suministro de agua durante los periodos de escasez (García-Vila y Fereres, 2012). La escasez de agua representa el grado en que la demanda supera los recursos hídricos disponibles y puede ser debida a diversas causas (Pereira et al., 2002): la aridez, la sequía, la desertificación o el estrés hídrico. 



domingo, 15 de marzo de 2015

Veinte medidas para abordar la escasez de agua en el regadío

Como ya he indicado en posts anteriores, uno de los mayores problemas de la agricultura de regadío es la escasez de agua. Las perspectivas futuras, en muchas regiones áridas y semiáridas, no son muy halagüeñas por el calentamiento global. Dado que las predicciones sobre el cambio climático auguran una importante reducción de los recursos hídricos disponibles y un aumento de las necesidades hídricas de los cultivos. Todo ello debido a una disminución generalizada de las precipitaciones, aumentos en la temperatura, la evaporación y la evapotranspiración, junto a una disminución de la recarga de acuíferos y de la escorrentía.